¿Y si la puntualidad no fuese relativa?

Mi tiempo, mi regalo más precioso.
Mi atención, mi decisión más preciosa.
¡¡Tamaño matrimonio!! Tiempo y atención…

Cortesía para esperar a los que no han llegado, me dices.
Castigo para aplicar a los que llegamos a la hora, te digo.

¡No se juega con mi matrimonio!

(Sep.24.20)

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