¿Excelencia? ¿o facilidad?
¿Cómo se puede tomar una decisión que no quieres tomar?
Y no es que no la puedas tomar porque no sabes tomar decisiones ni porque no sabes qué quieres decidir.
No, no… No la quieres tomar porque no estás de acuerdo con ninguno de los dos extremos que están al final de la decisión. Si tienes que decidir entre tener menos expectativas, menos ambición, menos rigor o vivir una vida tranquila y fácil. Porque la vida te explica cada día, a través de muuuchas personas y de muuuchas circunstancias que si quieres vivir una vida tranquila y fácil debes reducir en picado tus expectativas, tu ambición y tu rigor.
Pero tú no quieres. Porque hace ya mucho tiempo decidiste que querías ser excelente, que querías rodearte de gente excelente, que querías una vida excelente, llena de excelencias.
Entonces, ahí, ¿cómo tomas la decisión? Porque tomes la que tomes, vas en contra de ti, de una de tus dos elecciones… ¿Quizá el equilibrio está en fluctuar entre ambas? ¿Quizá el equilibrio sea bajarte y subirte de la excelencia o del deseo de facilidad?
Quizá el equilibrio no exista… Quizá debamos resignificar tranquilidad y facilidad, porque excelencia no hace falta, es fácil, es eso que brilla.
Y también, lamentablemente, eso que brilla por su ausencia.
(Abril 2017)