El susto del cambio

A veces, la vida nos regala sustos.

Situaciones sobrevenidas inesperadas.

Inesperadas porque solo esperamos lo que queremos

y a más disruptor sea lo sobrevenido menos solemos quererlo,

incluso vamos a llegar a querer que no haya pasado,

pero pasó…

Tan linda como fina es la línea de sabiduría que discierne bien.

La que sabe cuánto entregarse, cuándo rendirse al cambio.

La que nos susurra qué partes nuestras tienen que morir con ello.

Y nuestra libertad, nuestro único albedrío: rendirnos a la transformación o resistirnos a ella.

 

 

(Mai.24.08)

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