Celebración

¿Y si celebrar fuera lo único importante?
¡el único objetivo!
Celebrar la vida, porque sí estamos vivos
aunque a menudo el modo zombie se nos coma la vida.
Celebrar la muerte, porque sí todo acaba
y honrarlo te ancla al presente y le da la bienvenida a al futuro.
Celebrar las ganancias, porque sí a veces se gana
y habla con honor de nuestros logros.
Celebrar las pérdidas, porque sí, otras muchas se pierde
y nos entrena, nos fortalece, nos depura, nos arraiga.
Celebrar los errores, porque sí somos humanos,
a pesar de la programación que nos quiere superhéroes
y sabernos humanos nos vuelve humanos, cercanos, tiernos, compasivos y nos amiga con el descanso.
Y celebrar nuestros aciertos, porque sí, aun sin saber qué significa ni cómo se logra, a veces acertamos.
Y en ese viaje de asuntos y celebraciones, de subir montañas con pesadas mochilas y descender valles con lastre soltado,
espera la vida,
para ser vivida, sentida, atravesada, sin escudos y sin tapujos.
Alcemos la copa al aire y brindemos para celebrar.
Bebámonos la reunión de la vida.

 

(Oct.23.24)

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