Sin primavera.
Por fin llegó el fin de esta primavera desértica,
tan formalmente vacía como fundamentalmente llena.
Arranca el verano,
aunque nos pilla en reprís.
Caminamos lento, miramos denso y sentimos rápido.
Vivimos demasiados días con carencia de placer y de amor,
también con exceso de tensión y de contención.
En general tenemos una vida larga de cosas cortas
e igual sería mejor una vida larga de cosas anchas…
para eso, habrá que forzar los márgenes.
¡No queda otra!
(Jul.20.02)