Poder no es querer.

 

Dicen que querer es poder, no lo sé, ni eso tengo claro ya.
Pero lo que sí tengo clarísimo es que poder no es querer.

Tener dinero no significa querer gastarlo en todo momento.
Estar soltera no significa querer ser puta.
Ser inteligente no significa tener que mirar a quien no lo es por encima del hombro.
Ser jefe no significa querer que los otros hagan tu voluntad.
Poder compartir tu intimidad no significa querer que opinen sobre ella.
Tener ascendencia no significa querer ser corrupto.
Saber herir no significa querer dañar.

Saber gritar puede servir sólo para querer callar.

Tener poder es exquisito, es un lujo, debería ser para los elegidos pero no siempre es así, a veces es asignado sin merecimiento y entonces los poderes son “quereres”.
Pero también hay quien elige tenerlo sin ostentarlo.
Quien lo honra, lo valora y lo dignifica.
Quien entiende que poder es la máxima responsabilidad para llevarte a la máxima libertad, llevarnos a la máxima libertad.

Y entonces todo cobra sentido, ni que sea sólo para un pocos, los elegidos!
Los que a pesar de poder no quisieron sólo porque no quisieron.

 

(Julio 2017)

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