Digo, fuego y riego.
Digo, a fuego y a riego:
Quiero bailar contigo.
Y quiero bailar a riesgo de que no me guste tu baile.
Quiero acercarme a ti.
Hasta quemarme.
Aún a riesgo de que la herida sea de tercer grado.
Quiero estar cerquita.
Aún a riesgo de descubrir a simple vista los agujeros negros.
Quiero teñirme de ti.
Aunque se me mezclen mis colores .
Quiero que me presentes tu mundo aunque me sepa a poco.
Quiero que me incluyas en el tuyo, aunque me excluya de parte del mío.
Quiero entrar en ese poker donde expectativa, engaño, proyección y anhelo se convierten en una papilla indigesta.
Quiero digerir tu historia, escucharla y masticarla.
Hasta equivocarme en todas mis conclusiones sobre cómo te definió.
Quiero compartir mi tiempo de ahora, presentártelo y ofrecértelo hasta que el tuyo y el mío se conviertan en uno.
Quiero levantarme oliendo a ti y acostarme con el perfume de tu recuerdo.
Y quiero, sobre todo quiero:
Saber qué quiero.
Y querer lo que sabes, lo que sea que sepas.
Digo, con fuego y por riego…
(Mar.19.11)