A mi voz le pido.
Le pido a mi voz que traslade fuera lo que siento dentro.
Que no lo minimice por la vergüenza, ni lo exagere por el miedo.
Le pido que sea justa.
Que se atempere cuando sea preciso y salga fuerte cuando sea necesario, pero siempre serena.
Que cante libre y bonito.
Y que cuando sea su momento también sepa hacer silencios.
(Nov. 17.4)